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Lisboa, ciudad con historia, es conocida por su belleza y arte. Esta capital fue fundada por los fenicios, y ha soportado desde diversos regímenes políticos de distinta índole, hasta un gran terremoto que destrozó gran parte de sus cimientos.Uno de sus grandes atractivos turísticos es el fado, una música romántica, melancólica e intensa, acompañada de una guitarra clásica portuguesa. Esta música es el alma de Lisboa.
La lista de monumentos que coronan la ciudad es larga:
La plaza del Rossio, oficialmente llamada Plaza Don Pedro IV, es el centro neurálgico de Lisboa. Sus puntos de interés se concentran en la estatua de D. Pedro IV, el Teatro Nacional Doña María II, la estación ferroviaria de Rossio y el café Nicola con su artística fachada.
El Chiado fue una de las zonas más elegantes y sofisticadas de la ciudad. Con el paso del tiempo, la aristocracia y clase alta fue abandonando paulatinamente esta zona, aunque actualmente todavía conserva aquel ambiente intelectual y enriquecido, lleno de cafés y librerías. El Bairro Alto, vecino al de Chiado, famoso por su activa vida nocturna, también tiene mucha historia escondida.
A las afueras del centro histórico, junto al río Tajo, se encuentra Belém. Ahí se localiza la majestuosa y defensiva Torre de Belém, el Monasterio de los Jerónimos, la fábrica de Pasteles de Belém y el Monumento a los Descubridores.
Pero esta ciudad ofrece además unas vistas panorámicas magníficas desde sus múltiples miradores. Uno de los miradores predilectos para los visitantes que viajan a Lisboa es el de Graça. Lisboa también alberga el Mirador de Penha de França, el da Senhora do Monte, de Santa Catarina… Aquellas personas amantes de la fotografía disfrutarán sin duda de todos estos regalos que ofrece la ciudad lisboeta.
Por último y no menos importante, la Catedral de Lisboa, comúnmente llamada Sé de Lisboa, es la iglesia más antigua e importante de la ciudad. Su construcción data del siglo XII y su estilo arquitectónico predominante es el románico. En la parte superior de la catedral se localiza el Tesoro, que se compone de cuatro salas con joyas y reliquias de diferentes épocas. Ni siquiera el gran terremoto de 1775 fue capaz de destruir completamente esta maravilla de la ciudad.
ES
